Heme aquí, de nuevo estudiando para unos exámenes que pronto acabaran.
Miro a un lado, y al otro, y veo las caras de los que me rodean. Historias que conozco por completo, historias a mitad e historias que quizás nunca conoceré se arremolinan entre ellos. Salen de sus cabezas como humo, como viento y yo me centro por mirar mis apuntes pero por encima de las gafas no puedo evitar mirarlas.
Pensar, ¿Por qué…?
No se dan cuenta de la suerte que tienen, no se dan cuenta de lo felices que pueden ser si hicieran esto o aquello. Mis hojas me gritan desde la mesa y vuelvo a centrarme, pero ellos saben que soy un amante inquieto y en cuanto me vuelvo a dar cuenta pienso.
Pienso demasiado y poco actuó.
¿Qué historia verán en mí?
¿De que color será mi viento? ¿O quizás es solo una brisa?
Miro de nuevo, sonrió y no sonrió, en verdad estoy lejos, pensando en el color tan perfecto que puedo tener si me levantara saliera de aquí y fuera a unir mi historia con otro cuento, cuento que hace tiempo quiero escuchar con mas atención que cualquiera de los que ahora mismo me rodean.
Cuento que sé que seria su complemento perfecto, o quizás quiero que sea así.
Estoy tan lejos que ya no oigo ni los gritos de mis apuntes que desesperados han decidido darse por vencidos.
Quien pudiera irse a donde su cabeza lo lleva, quien pudiera recorrer tantos kilómetros con la facilidad de un pensamiento.
Quien pudiera escuchar historias contigo.
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